Preámbulo

 

Desde muy niño, siempre me agradó plasmar en palabras escritas mis reflexiones sobre mis propias vivencias, como una forma de vaciar y reflejar el caudal de emociones, sentimientos, experiencias e ideas que la vida nos regala y enfrenta.

En un principio, eran manuscritas en cuadernos, despues en una maquina de escribir y hoy, intento en las siguientes páginas reflejar aquellas reflexiones que despues de 50 años he logrado rescatar entre mis escritos y recuerdos atesorados, muchos de los cuales el mismo rigor de las paginas del tiempo deterioró o destruyó.

Cada vez que puedo, me siento a reflexionar y escribir... donde sea..en papeles que despues pierdo o en algún cuaderno que conservo para ello. Y siempre la idea y la gimnasia es la misma: sacar fuera las emociones e ideas entrampadas en la fisica prisión del cuerpo y de la mente.

Las paginas siguientes no tienen ninguna pretensión. Ni dejar un legado, ni incidir en las ideas de otros ni siquiera querer ser recordado.

Se trata simplemente de escribir, como toda mi vida lo hice, sobre mis personales experiencias y sentimientos, ya que si de cabeza, manos y corazón hablamos, siempre quien gobierna es el intrépido corazón y la frialdad del puro pensamiento se rinde ante su pasión.

Mi dinámica no es nueva, las interrogantes son siempre las mismas que el hombre se ha cuestionado desde que pisa la faz de la tierra:

¿De donde venimos?... ¿Quienes somos?... ¿Hacia donde vamos?...

Y en este ejercicio de investigar el pasado para construir el dia a dia y proyectarme al futuro, me sucedieron varias experiencias que han marcado hitos en mi vida.

Ya de niño, el conocer en detalle las atrocidades acaecidas antes durante y despues de la guerra civil española hicieron de mi un adolescente anti opresión y amante de todas las libertades.

Recuerdo vividamente los relatos de mi padre (quien fue un hombre de ideas bien definidas y claras y a quien le correspondió recibir y ubicar en Chile a miles de refugiados del conflico español) como tambien las publicaciones diversas que sobre dicha guerra existieron en la segunda mitad del siglo XX.

Tal vez esos anhelos libertarios se hayan reflejado en el transcurso de mi vida de distintas formas. En el modo de pensar y estructurar las ideas, en mi militancia política y en mi participación en organizaciones e instituciones sociales, júveniles y filosóficas.

Luego, me correspondió vivir una de las epocas más aciagas de la historia de mi País, Chile, en la que la confrontación y la polarización dividieron a quienes compartíamos una vida, un territorio y una identidad común.

Vi cómo de una sociedad en que la amistad y el barrio permitían la tolerancia de ideas disimiles y el solidario compartir, pasamos a una sociedad individualista y egoista, en la cual poco importa que le suceda al del lado mientras los intereses económicos o personales estén a buen resguardo.

Por ello, no deberia extrañar la sinceridad de las siguientes páginas ya que desde muy jóven he sido un hombre libre y adogmático, contrario a toda forma de opresión de las libertades humanas.

Algunas de las reflexiones que aqui se encuentran se escribieron bajo la sombra del arbol de algún bosque durante algún campamento scout, o bien frente al mar o a la orilla de algún lago, en algún dia vacacional, o en el living del hogar familiar, o en un desvelo nocturno.

Estos momentos, en los cuales puedo escribir con alguna tranquilidad, han sido todos para mi muy preciados y puedo recordar cada uno de ellos como un instante de felicidad o trizteza, de asombro o de inquietúd.

Les dí el nombre de POEMA MIO porque en realidad no son de nadie más y porque con ese mismo nombre los imprimi artesanalmente cuando tenia alrededor de 14 años. ( un tesoro perdido).

La imagen de la portada, corresponde a las puertas del lugar donde comencé a escribir mis ideas, la casona familiar de mis abuelos y mi madre en el querido pueblo de Coelemu, por cuyos corredores, jardines, parrones y huerto jugaba de niño, compartía con mi familia y me refugiaba a la sombra del parron para escribir y pensar.

Yo creo firmemente en la fuerza de la palabra, en su sentido y en su poder, no tan sólo en su etimología.

Por ello, pienso que son las palabras las que mejor pueden reflejar nuestros anhelos, nuestras esperanzas, pero también nuestras vivencias.

Facilmente se notará que esto no es ni un ensayo literario ni un conjunto de poemas, sino simplemente un ejercicio de reflexión y expresión de un espíritu libre.


Nicolás