Desvelos con mi padre

 

Cuando en las noches alzo la mirada al cielo,
te busco entre las estrellas y me pregunto...

¿en que lugar del infinito te encuentras hoy brillando?..

¿Desde donde proteges ahora mis esperanzas y mis sueños?...

Tu siempre fuiste una estrella, de aquellas que iluminan el camino... Cuando uno camina sin rumbo fijo.

Esta noche, quisiera abrazarte y besar tu mejilla como tantas y tantas veces...

Quisiera contemplar una vez más tu sonrisa bonachona
y escuchar mil veces tus carcajadas de alegría.

Pero ya no estás, ya no existes.

Son tantos años que tus pasos no se escuchan en este hogar...
Y aunque mis brazos desean abrazarte sólo una vez más... no te encuentro.

La muerte te arrebató de mi vida dejando sólo tu voz,
plasmada en una cinta de canciones y poemas;
aquellas letras que tanto amaste.

No hay un día en mi vida , ni un momento en las noches, antes de dormir,
en que tu maravilloso recuerdo no golpee lo intimo de mi corazón.

Fuiste el compañero ideal,
el amigo perfecto.

Las lagrimas escurren solitarias por
mis mejillas ante tu recuerdo,
de igual modo que las tuyas
empañaban tus claros ojos
con el recuerdo de mi ausente hermano Sergio.

Y es tan triste comprobar
cuanto amamos a quienes más cerca tenemos...
cuando ya han partido.

Los peces de colores
aún nadan en las aguas de mi mente...
Y si algún día llego a reirme de ellos,
será sólo en la soledad que me dejó tu inspiración.

¿En cual de esas estrellas estarás?....

Sólo sé que en medio de mi intimidad
viajas conmigo por cada camino,
por cada aventura y esperanza que en mi se enciende.

Y que así, como cada noche las estrellas están allí,
brillando en la obscuridad del cielo,
cada noche también,
brillas en mi recuerdo y en mis sueños por una eternidad.

Ahora, cuando las paginas del tiempo pintan mi cabello apenas con el color de la luna,
comprendo tu misión como padre y tus infinitos desvelos junto a mi.

Las estrellas como tu jamás se apagan ni en la noche ni en el alma,
brillan siempre en mi mente y entregan luz al corazón.

Me dejaste tu nombre, tu voz, tu palabra de hombre, tu ejemplo de bondad, tu amistad, tus ganas de vivir, tu aroma matinal de Aqua Velva despues de un beso, tu amor, tu Magallanes, tu escultismo apasionado, tu Radicalismo a toda prueba, tus canciones, tus tangos y poemas.

Me obsequiate todo lo bueno que tenías.

Me dejaste la simpleza de la vida y una estrella que buscar
en cada noche sin ti
y junto a ti.


Nicolás - 17.06.1999