El Scout - La Guía, comparte con todos
Ayer, durante una conversación, uno de los temas sobre los que dialogábamos, me llevó a una reflexión acerca de nuestra convivencia inter personal.
En el Movimiento Scout, al igual que en toda organización y movimiento humano, coexisten millones de personas de distinto orígen, cultura, educación, nacionalidad, lengua, hábitos, clase social, etc.
Pero, ¿cómo es posible que durante más de un siglo, tantos millones de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos tan distintos los unos de los otros, conviviesen en armonía, camaradería y comprensión, aún existiendo tantas diferencias y proviniendo de latitudes tan distintas?… Y aún asi se traten incluso con los dulces nombres de «Hermanas Guías y Hermanos Scouts».
Tengo la impresión, de que cuando nuestro fundador enunció por primera vez el contenido de la Ley Scout, pensó también en esta singular situación o posibilidad en aquel tiempo.
Ello, por cuanto ya en uno de sus primeros libros «Scouting for Boys», describe al Movimiento como una «Hermandad Mundial«.
Además, al formular el 4° artículo de la Ley Scout, Baden-Powell expresamente lo redacta así: » El Scout es amigo de todos y Hermano de los demás scouts, sin distinción de credo, raza o clase social» .
Este artículo se conoce hoy cómo: «El Scout comparte con todos«.
Si consideramos también que alrededor de los 11 – 12 años de edad, cuando un Scout o una Guía hace su Promesa, lo hace no por «un tiempo», sino «para toda la vida» .
Y es que la Promesa Scout es un compromiso solemne que en su última parte decía «y cumplir fielmente la Ley Scout«, o como le conocemos hoy: » y vivir la Ley Scout«.
Entonces, podemos fácilmente comprender que la característica real y efectiva de «Hermandad Mundial«, procede nítidamente de estos conceptos y su aplicación en la vida diaria.
Un sentimiento profundo
La fraternidad, esta condición de quienes se tratan como hermanos, en el Movimiento Scout tiene mucha fuerza y energía y es el lazo vivencial que une a todos quienes participan en el Escultismo, en cualquiera de sus organizaciones y países, no sólo durante la niñez, sino también durante la juventúd y la vida adulta, aún cuando se deje de participar activamente en el Movimiento Scout, ya que se trata de un «estilo de vida«, una forma de mirar el mundo en que se vive y convive y actuar en el de acuerdo a nuestros valores, contenidos en la Ley Scout, en la Promesa, en nuestros Principios (Dios, Patria y Hogar), Virtudes (Lealtad, Abnegación y Pureza), Lema (Siempre Listo) y consigna (Hacer una Buena Acción a alguien cada día).
Comprensión y entendimiento
En especial, entre los adultos, los dirigentes y guiadoras, esto debería cobrar especial relevancia ya que debido a la experiencia vivencial, cada uno sostiene paradigmas acerca de cómo deberian ser las cosas y de qué sería lo mejor para todos.
Aunque el fundador nos propuso «… la comprensión entre las personas y el entendimiento entre las naciones…», pienso que hoy contamos además con un elemento fundamental para lograr una convivencia inter personal armónica y respetuosa bajo el unificador manto de la Tolerancia, en el cual todos podemos disentir pero tambien entender a los demás, aún cuando sus proposiciones e ideas sean diferentes a las nuestras.
Me parece que una de las buenas descripciones que alguna vez encontré acerca de la Tolerancia, fue aquella que nos entregó ese pensador y escritor francés llamado François-Marie Arouet , a quien conocemos cómo «Voltaire«, en la que nos dice:
«…Defenderé con mi vida tu derecho a decir lo que piensas, aún cuando no esté de acuerdo con aquello«.
Creo que la tolerancia es como aquel cemento o argamasa que une los dispares ladrillos de un sólido muro, lo cual nos permite mantener nuestra fraternal unión, pese a nuestras naturales diferencias, por lo cual recomiendo su práctica efectiva cuando tenemos diferencias de opinión, vision o pensamiento sobre tal o cual tema.
Una Gran Hermandad Mundial
Creo que este lazo de Hermandad Mundial, posibilitó al Movimiento Scout, continuar su labor educativa informal a través de los tiempos, sorteando las distintas circunstancias y sismas que por diferentes motivos debió vivir, enfrentar y superar.
Hoy, en medio de sociedades altamente tecnologizadas, individualistas y mercantiles, el escultismo, con sus distintas visiones y organizaciones, continúa preocupandose y ocupandose de ejercer su labor formativa del carácter de las futuras ciudadanias en medio de un mundo en permanente transformación, aplicando su singular Método y con un Programa de acuero a las espectativas y posibilidades de la juventúd contemporánea.
A no olvidarlo: La Guía y el Scout comparten con todos.